Decenas de cubanos que pretendían llegar a Nicaragua para iniciar su travesía migrante hacia la frontera sur de Estados Unidos han quedado varados en el aeropuerto de Lima, Perú, y denuncian ser estafados por las aerolíneas con las cuales habían planificado su salida definitiva de la Isla.
Midaisy Marrero Gil, una opositora cubana, relató al periodista Mario J. Pentón que todos los afectados llevaban boletos con destino final a Nicaragua, pero una tormenta en La Habana retrasó su vuelo, haciendo que perdieran la conexión desde Lima a San Salvador, o directamente a Managua.
Marrero denunció que la aerolínea no se ha hecho responsable y que llevan tres días en el aeropuerto, durmiendo en bancos y pasando frío. La única solución que les dan es retornarlos a La Habana, pues al inicio los obligaron a comprar tanto el pase de ida como de vuelta. Sin embargo, el próximo vuelo con capacidad no sale hasta pasada una semana.
En el aeropuerto de Lima, la madre de dos hijos describió las dificultades para alimentarse debido a los altos costos. “Una manzana cuesta $2.50 y somos tres personas. Estamos comiendo en el suelo, durmiendo en bancos y sufriendo de frío”, dijo.
“Nos quitan todo el dinero y matan nuestras esperanzas de escapar de Cuba. Vendieron boletos de avión sin informarnos adecuadamente de las restricciones y ahora no nos reembolsan el dinero”, afirmó la opositora, quien abiertamente dijo que sus intenciones eran migrar a Estados Unidos.
Precisamente el gobierno estadounidense ha estado activo controlando el tráfico humano y en las últimas semanas ha emitido sanciones contra aerolíneas de la región que realizan vuelos desde Cuba y Haití hacia Nicaragua. Por tal motivo, varias operadoras de chárteres han suspendido las operaciones, lo que ha obligado a los cubanos a planear rutas más complicadas con el mismo objetivo: llegar a Managua.
De tal modo, configuran itinerarios con múltiples escalas como La Habana-Lima-San Salvador-Managua o La Habana-Bogotá-San Salvador-Managua. El inconveniente es que entre más complicada sea la ruta, más posibilidades de fallar tiene y pueden quedar varados en el extranjero, agotárseles el dinero de la travesía o en el peor de los casos enfrentan un retorno al mismo lugar donde pretendieron salir.